Fases durante crisis de pareja

crisis de los 40 en el hombre

Una crisis, es un corte en el normal acontecer de nuestra vida. Un golpe, que nos sacude desde los cimientos, para dejarnos aturdidas sin saber qué ha ocurrido y por qué…. Hay crisis de muchos tipos, una infidelidad en la pareja, una ruptura matrimonial, un duelo, el fracaso en un proyecto…

Enfrentarnos a una crisis, ya sea de pareja, en el trabajo, en nuestros proyectos, tiene unas etapas, por las que todos pasaremos, aunque el tiempo variará entre una persona y otra. Las 7 diferentes etapas son:

INCREDULIDAD:
Esto no puede ser real. No me puede pasar esto a mí. No me lo puedo creer. Mi marido no tiene ninguna crisis. Mi marido no puede estar engañándome con otra….

Estas y muchas otras ideas, te vendrán a la mente en el momento de detectar la crisis. La incredulidad es una forma de amortiguación del dolor, al enterarnos de un gran golpe, y la cantidad de emociones poderosas que vienen luego. Durante unos momentos, horas, días, el no querer creer nos brinda oxígeno, para elaborar en nuestra mente la situación.

Si en esta etapa nos llenamos de ruido, de «pensamientos distorsionados» del tipo: Esto nunca volverá a ser lo mismo. Voy a quedarme sola para toda la vida. Nunca más me volverá a querer. … aumentará la probabilidad de no valorar correctamente lo que está ocurriendo, nos hundiremos o intentaremos no enfrentarnos a la realidad. Bien, para ser Emocionalmente Inteligentes, debemos poner todo nuestro esfuerzo en ver primero los hechos reales, y no nuestras suposiciones, para luego enfocarnos en los aspectos positivos. Las emociones negativas, debemos asumirlas y vivirlas, no taparlas ni esconderlas para que luego nos provoquen enfermedades, en unos meses o años. Pero tampoco podemos quedarnos enganchadas en esas emociones negativas. Lo mejor en este caso es aplicar la «negación positiva». Consiste en aceptar que estamos en una crisis, reconocer que tenemos un problema, que la situación nos desestabiliza emocionalmente, pero tenemos que decirnos a nosotros mismos que «ahora» no podemos resolver este problema. Todos estos pensamientos y sentimientos estresantes, nos agobian, pero si asumimos que ahora mismo no somos capaces de enfrentarnos con ello, pero que lo haremos más adelante, estamos incrementando nuestra inteligencia emocional, porque nos damos permiso para experimentar estos sentimientos negativos, pero sin por ello dejarlos que dominen nuestra vida. Se que es sumamente difícil, pero intenta no pensar todo el día en esto, sino tu vida se resentirá. Procura meditar, controlar tu ansiedad, cambiar pensamientos negativos por positivos.

IRA:
Esto es una injusticia, con todo lo que yo he hecho por él. Es un irresponsable, un inmaduro y un egoísta. No puede hacerme esto.

Ya somos conscientes de la situación, y empezamos a asumirla, pero aún seguimos teniendo un diálogo interno nada adecuado ni encaminado a resolver la situación. Si nos mantenemos en este diálogo, se produce un círculo vicioso, donde nuestra rabia se retroalimenta a si misma y nos trae más dolor. La queja, la cólera y el sentimiento de odio, no ayudan en absoluto.
Otra vez, para actuar inteligentemente, debemos recurrir a las técnicas de control de emociones. Como por ejemplo: la relajación, hablarnos a nosotros mismos en forma positiva, dejar de quejarnos ante los demás por lo mal que lo estamos pasando. Hacer ejercicio físico, salir a correr o a nadar o a andar en bicicleta ayuda a descargar tensiones y a evitar estallidos emocionales.
Debemos aprovechar el «aviso» que nos da la ira. Algo funciona mal. Las cosas así no pueden seguir y debemos ver que cambios podemos aceptar en nuestra relación, y cuales no, además de decidir que dirección tomar. No contengas tu ira, transfórmala en energía para movilizarte a tomar responsabilidad de tu vida. No descargues tu ira en quienes no tienen nada que ver. Es mejor «quemar» esa energía haciendo ejercicio, te sentirás mejor, aclararás tu mente y tendrás más posibilidades de acción viendo caminos en lugar de trabas.

QUERER QUE TODO SEA COMO ANTES
Solo quiero cerrar los ojos y que todo esto haya sido un mal sueño. Nada me gustaría más que tomarme una pastilla y dejar de sentir este dolor. Me gustaría meterme en al máquina del tiempo y volver al pasado.
La tercera etapa en el manejo de toda crisis, a pesar de ya ser conscientes que ahora hay otra realidad, nos impulsa a desear volver al pasado, donde todo era más placentero y no sentíamos este dolor que nos oprime.
La manera más inteligente es hablarnos con sinceridad a nosotras mismas. Todos querríamos volver al pasado, a tiempos en los que la vida era más dulce y agradable, cuando nos queríamos y todo iba de maravillas. Pero hay que aceptar que ya es imposible. En este momento hay que aceptar, que hagamos lo que hagamos, nuestra relación no volverá a ser la que teníamos hace una semana, o hace un mes. Y en cierta forma, piénsalo…¡Es un alivio! Pase lo que pase ya no tendremos que convivir con ese ser irascible, agrio, que nos critica constantemente, que nos hace sentir inferiores, o para el que simplemente no existimos. Si pones en práctica todos los consejos de este libro, y vuestro matrimonio sigue unido, procura que sea una relación nueva, llena de aire fresco, donde todo esté por soñar y por hacer. Y si vuestra relación no se recupera, pon también en práctica lo que aquí te aconsejo, quiérete, mímate, aprende algo nuevo y date cuenta que tienes por delante una vida donde todo está por soñar y por hacer. Para no quedarte enganchada en el desear volver atrás, lo que tienes que hacer, es dar pasos productivos. Empezar con los consejos para ayudarle, si es eso lo que quieres, o para ayudarte a ti, si has decidido que lo vuestro no tiene solución. Lo importante, es que tengas la seguridad que estás haciendo lo correcto, que tu corazón te haya dado el visto bueno, tanto para seguir como para abandonar. Si así lo haces, no llenarás tu futuro de «debería haber hecho, debería haber dicho, debería….» Recuerda que la vida es constante cambio, lo quieras o no.

DEPRESIÓN
Nada de lo que haga va a cambiar la situación. Esto no tiene arreglo. No tengo fuerzas para hacer nada. Me gustaría desaparecer por unos meses. Prefiero quedarme sola, no tengo ganas de ver a nadie.
Meterte en la cama y ponerte a llorar, caminar arrastrando los pies y con los brazos colgando junto al cuerpo como si fueras una muñeca de trapo, golpearte y tropezarte con todo, dejar de salir, rechazar a los amigos para sufrir a solas, caerte, tener accidentes domésticos… estos son los primeros albores de una depresión. No tienes ganas de hacer nada, ni por ti, ni por vuestra relación, la apatía y la desesperación se han apoderado de ti y te sientes incapaz de hacer nada.
Si te quedas anclada en esos comportamientos, mejor que empieces a tomar antidepresivos y te prepares para una vida triste y gris. En cambio, puedes ser emocionalmente inteligente y tomar cartas en el asunto. A fin de cuentas estamos hablando de tu vida, ¿no? Te daré unas cuantas guías para salir de esta incipiente depresión:
– si ves que te mueves como una zombie, procura caminar con más energía, como si te sintieras bien, actúa como si estuvieras bien… verás como esa energía se contagia y pronto te sentirás mejor.
– si estás en la cama llorando, y viendo un panorama desalentador delante de ti, procura llamar a tu amiga, la más positiva y dile claramente que necesitas que te eche un cable para levantarte y seguir viviendo. Seguro que entre las dos encuentran muchos motivos para salir de la cama, además de tus hijos.
– si al meterte en la ducha, las lagrimas no se ven y se disimulan con el agua, piensa que tu cuerpo si sabe que estás llorando. Cambia las lágrimas por un mantra. Repite una y otra vez ese mantra para relajarte y así dejar de pensar en cosas negativas. ¿Te cuento el mío? Como yo soy de esas personas que creemos que la tristeza, los malos ratos, la mala sangre produce enfermedades, me digo a mí misma. Cada célula de mi cuerpo es una célula sana y hermosa. Cada célula de mi cuerpo es una célula sana y hermosa. Repítelo, céntrate en la perfección de cada una de tus células e interioriza el mensaje.
– rodéate de gente positiva, sal con tus niños, vayan a los juegos de una plaza, trata de salir a reír. Tómatelo como una obligación.

ACEPTACION
Nos ha pasado esto, y nada de lo que diga o haga puede cambiar el pasado. Solo tengo que mirar hacia el futuro, centrándome en cómo puedo resolver esta situación. Pasó y ahora necesito mirar hacia delante y crecer.
Este es el momento clave, en el que comenzamos a recuperar la confianza en nosotras mismas. Lo peor ya ha pasado, la ira y la depresión, ya sabemos como solucionarlas, y solo nos queda mirar para adelante. Si hemos hecho un buen trabajo, deberíamos sentirnos motivadas a la acción. Aceptar que la Crisis la sufren millones de hombres y mujeres cada año, como el resfriado o la gripe. Eso nos da fuerzas para seguir avanzando en el camino que hemos escogido. Céntrate en lo que tú deseas, en las metas que te has planteado. Nuestra relación anterior ha dejado de existir. Añorar el pasado no conduce a nada, culparnos por el pasado, tampoco. Les ha pasado esto, preferirías que no tu estuviera pasando, pero no por eso va a cambiar. No existe una pastilla mágica que cambie la situación. Pensar en el futuro, en el incierto futuro, con miedo, solamente te creará parálisis. Acepta y vive el momento presente. Disfruta de cada segundo con tus hijos, los momentos que pasas con tu marido procura que sean mágicos. No pienses en lo malo (ni pasado ni posible) Si tú te muestras segura, relajada, convencida, es más probable que él pueda empezar a confiar, a relajarse y a convencerse que tú estás en lo cierto. ¡¡Recuerda que las emociones se contagian!!!

OPTIMISMO
Todo va a salir bien. Tengo uno hijos hermosos que me quieren y por ellos voy a salir adelante. La vida me ha dado mucho, incluso esto es una oportunidad para crecer y mejorar como persona.

Cada día, es tu decisión como vas a vivirlo. Si te centras en cosas negativas, da por seguro que tendrás un día pésimo. En cambio, si haces crecer tus esperanzas a un futuro mejor, si tienes una meta importante en mente, estarás cargándote de energías para recorrer el largo y apasionante camino que te queda por recorrer, que se llama VIDA. Procura rodearte de gente que te cargue de energía positiva, en lugar de estar con aquellos que ven siempre todo gris.

ACTIVIDAD POSITIVA
Cada paso que doy es un paso hacia una solución. La venganza y el rencor no existen entre las posibles soluciones, porque son otro problema añadido. Yo soy quien decido mi vida y cómo quiero que sea de aquí en adelante.
Ya estás siguiendo los consejos, consigues sentirte con fuerzas y animada para hacer lo que haga falta hacer para seguir tu nuevo camino. Te sientes motivada y sabes que estás haciendo lo correcto. Tú no puedes decidir el futuro de tu esposo. Puedes ayudarle a ver algunas cosas desde un punto de vista distinto y más alentador, al que está experimentando él ahora. Pero al final, siempre será su decisión. Tú estás motivada a seguir adelante, sola o acompañada. Recuerda que eso es lo más importante. Los contratiempos son como ácido que carcomen nuestra motivación, cuando «motivos» es lo que principalmente necesitamos para ponernos en acción hacia nuestro destino. Haz una lista de los motivos por los que estás decidida a superar esta crisis. Tómate cinco o diez minutos y haz la lista ya.
¿Qué es importante para mí?
¿Cómo quiero que sea mi futuro?
¿En qué aspectos de mi vida quiero decidir yo y no dejar que otros lo hagan?

No estás sola. Miles, millones de mujeres pasan por lo mismo. Busca apoyo profesional, habla con alguna que lo haya superado, rodéate de gente positiva y verás como tu vida continúa, sin tener que convertirse en una existencia triste y sin esperanzas en la que posiblemente arrastres a tus hijos.

(extracto del libro ¿Qué le pasa a mi esposo? de Viki Morandeira)

Con amor, Viki
mail: coachingparaprotagonistas@hotmail.com